
Un tatuador que se inspira en el cubismo y el 'art déco'
Los tatuajes de Bugs (Perpiñán-Francia, 1961) sorprenden al instante. Trasladan a quien los ve a un pasado convulso, a la época de florecimiento de los -ismos europeos y las corrientes artísticas eran tan apasionadas como revolucionarias.
El cubismo -la ruptura de las leyes físicas y visuales- y el art déco -el diseño, la finura, el progreso- son los pilares de la obra del intrépido pintor y escultor. Entre sus héroes están el cubista francés Georges Braque, el expresionista alemán Franz Marc o el futurista italiano Gerardo Dottori.
Bugs, amante del arte de la primera mitad del siglo XX, empezó a tatuar hace 30 años, cuando descubrió que la piel no era un medio incompatible con su lenguaje pictórico: "Pensé que sería interesante romper las reglas y mostrar que los tatuajes pueden ser diferentes, mucho más artísticos. Al principio me costó ser apreciado, pero nunca me sentí incomprendido".
Enfrenta cada tatuaje como si se dispusiera a pintar un cuadro, con una visión académica "y con mucha emoción". El amor, la tristeza y la melancolía se mezclan con el romanticismo de otro tiempo.